Parado, contemplando mi vida, pensando... Pensando mucho. Ufff se acabó un año lleno de mierda y ufff... Llega otro que empieza peor. Quizá debería cambiar mi buen hacer con el mundo, he sido muy bueno durante mucho tiempo y nada ha cambiado. Nada ha vuelto y nada ha llegado. Todo se ha ido y todos lo han visto. Acortando distancias con la muerte he visto como se deshacía mi vida, como un niño que juega con la arena y se le escurre entre los dedos sin posiblidad de hacer nada, y aún así cierra bien fuerte sus manos para que no se le escape.
Todo gira al son de la música dicen, no de la mía eso seguro. No me autocompadezco, eso ya lo hice hace tiempo. Me cansé de hacerlo. Igual que de llorar. Aunque bueno, eso es como montar en bici... Una vez aprendes a que te duelan las cosas y a apaliarlo con lágrimas como a puños, no puedes olvidar como se hace. Las malas pasadas se adieren como el alquitrán, todas acaban en un lugar pequeñito entre tu corazón y tu cerebro dispuestas a bombardearte cuando y donde sea. "Las lágrimas no tienen horario" decía un señor que sabe de que hablo.
Llevo largo tiempo sin escribir un ápice de mi vida, sin embargo he compuesto los textos más maravillosos que pueda imaginar en mi mente. Expontaneamente brotaba y brotaban ideas, pensamientos, sensaciones e historias que debía plasmar. Textos intrínseca y directamente conectados a mi subconsciente. A mi fase REM quizá. Todo tan real... Ya lo dije hace tiempo, prefiero el mundo de los sueños a este mundo cruel. Este mundo que se lleva a quien más quiero, que nunca me da una mísera alegría, que me quita todo por lo que sonreír y todo por lo que luchar. Este ya no es mi mundo. No grácias. Prefiero vivir mi sueño.
Por ahora voy a mirar desde la ventana de mi corazón todo lo que me rodea. Voy a dejarme encontrar por el amor que me busque y le dejaré charlar conmigo tranquilamente en el porche mientras tomamos limonada. Pero no entraremos. No por ahora, tengo la casa sucísima, toda desordenada y llena de cajas que tengo que tirar, me daría vergüenza que la viese así, la verdad. Sería un esfuerzo futil intentar deslumbrar alguien con una casa tan hecha polvo.
Tómalo con calma y deja que la vida fluya por dentro de ti, aferrate a quienes te quieren y aleja a quienes te hieren. No puedo darte mejor consejo antes de partir y no volver a verte.