Es fácil, creo, dejarse llevar. Lo difícil es aguantar, ser estoico e impasible. Cerrar el corazón a todo y a todos quizá sea lo más difícil que jamás haya hecho. Es tarea ardua ya que desde un principio empiezas a plantearte porque y como has llegado a esta situación, y porque no hay manera de dejar los buenos sentimientos a un lado y darle un portazo al pasado. ¿Por pena? ¿Condescendencia? ¿Afecto? Quien sabe. He optado directamente por mentirme, crearme una realidad paralela para poder soportarlo. Es como sentir el peso del mundo en tus hombros. Soy como Atlas aguantando una prisión de recuerdos y sentimientos. Lo único que me consuela, la compañía de Virgilio y Cicerón.
Es fácil, creo, dejarse llevar. Lo difícil es aguantar, ser estoico e impasible. Cerrar el corazón a todo y a todos quizá sea lo más difícil que jamás haya hecho. Es tarea ardua ya que desde un principio empiezas a plantearte porque y como has llegado a esta situación, y porque no hay manera de dejar los buenos sentimientos a un lado y darle un portazo al pasado. ¿Por pena? ¿Condescendencia? ¿Afecto? Quien sabe. He optado directamente por mentirme, crearme una realidad paralela para poder soportarlo. Es como sentir el peso del mundo en tus hombros. Soy como Atlas aguantando una prisión de recuerdos y sentimientos. Lo único que me consuela, la compañía de Virgilio y Cicerón.
Sin amor todos los besos son el mismo
y en el mismo momento en su mente estuvo claro
supo que tener a quien amar es un regalo
declaro que el corazón es dictador y esclavo
y buscando redención le dijo a Eva esto que narro:
“De nuevo te lo ruego, que
sabes que soy tuyo desde luego pero
a veces voy tan ciego por la vida que
si no vivo me muero y si no muero se me olvida que te quiero sin medida
no sabes cuantas veces te he llorado
cuan amarga es la saliva de los labios del pecado
ya no cambio tu amor por una vida de disfraces
solo por esta noche finjamos hacer las paces”
T3s monos - Adán
Pequeño animalillo asustado, eso podría definirme. Alimaña mejor, quizá. Lo que es seguro e irrefutable es el miedo. Ese sentimiento que me empuja a errar en mis decisiones una vez tras otra. Buscando la cuadratura del círculo, la cuadratura infinita de mi vida. ¿Qué quiero? ¿Cuándo lo encontraré? Y más importante, ¿Por qué lo quiero? Porque ni importa realmente que y cuando si no, porque. ¿Por qué queremos ser felices? ¿Por qué el elemento X en combinación con el elemento Y? ¿Por qué ella y no otra? ¿Porque él y no otro? ¿Por qué aquí y no en otro lugar? La vida es una pregunta constante. Yo mismo, en cuanto abro los ojos en un nuevo – y, supuesto mejor - día, me pregunto porque. ¿Por qué he de levantarme? ¿Por qué no me quedo escondido en mis sueños? ¿Por qué tengo que ser afable y sonreír cuando quiero ser el antihéroe? No me interesa la vida per se, no compito ni lucho contra tiburones y medusas. Yo mismo tengo mis límites y sueños, y los palpo. Palpo los barrotes de mi vida y eso me hace sentir que estoy vivo, que tengo un límite infinito en mis posibilidades. Sé que lo tengo, aunque por ahora prefiero observarlo en el linde del camino. Saber que lo tengo y que puedo retomarlo en cualquier momento es suficiente estimulo por ahora, quizá pase el verano y coja de nuevo las botas. Quizá de ese salto. Tan solo quizá, como siempre. Por ahora me dedicaré a mí mismo y a tu recuerdo, a moldear ambos como sé que se moldea la felicidad. Cuerpo y mente armonizados con un único propósito: vivir. Contigo o sin ti, eso no importa.